"Mira lo que construiste, comenzamos con cuatro cabrones y ahora mira esto", dijo Sergio Garc铆a, el Sargento de Armas, a Andr茅s Lucero, se帽alando la fiesta llena de gente, con ni帽os corriendo por todas partes y mujeres charlando en una de las mesas.
Andr茅s no respondi贸, pero sus ojos lo dec铆an todo: el orgullo de ver su sue帽o hecho realidad, rodeado de amigos que se hab铆an convertido en familia.
Era la cena de Thanksgiving, la celebraci贸n Acci贸n de Gracias en el sur del Bronx en Nueva York. Los hombres tra铆an puestos chalecos de cuero, emblem谩ticos del club Aztec Rebels, con los ojos puestos en la reuni贸n.
Cuando Andr茅s se quit贸 el gorro, su tatuaje de 谩guila calva brill贸 bajo las luces tenues. Andr茅s baj贸 los escalones con la seguridad de una estrella de cine de la 茅poca dorada de Hollywood, caminando con paso firme hacia la reuni贸n, sin apartar la mirada del lugar que tanto hab铆a trabajado para construir.
Andr茅s fund贸 los Aztec Rebels junto a Eddie despu茅s de aprender sobre la cultura y las din谩micas de un club de motociclistas del Bronx llamado The Roadrunners. Juntos so帽aron con crear un espacio donde pudieran escuchar su propia m煤sica, hablar su idioma y sentirse comprendidos.
鈥� "Comenc茅 a pasar tiempo con los Roadrunners cuando ten铆a 19 a帽os. Eddie ten铆a 12 y me acompa帽aba a todos lados. Mi hermano creci贸 en ese club. Siempre ha vivido la vida de un motociclista, as铆 que, de alguna manera, aprendimos qu茅 era un club de motociclistas. Por eso pudimos fundar nuestro propio club, basado en lo que realmente es un club," dijo Eddie.
El club naci贸 oficialmente en 2016, con solo cinco miembros fundadores. Despu茅s de decidir que el marr贸n ser铆a su color distintivo y dise帽ar el emblema del 谩guila azteca, los Aztec Rebels MC se expandieron r谩pidamente, alcanzando m谩s de 20 miembros activos y cinco prospectos provenientes de todos los condados de Nueva York. La mayor铆a de ellos vive en el Bronx y Staten Island鈥� La Isla, como la llaman con cari帽o.
Cada miembro pasa por un proceso de iniciaci贸n que a veces dura a帽os. Comienza con una invitaci贸n, luego se convierten en prospectos, y a trav茅s de un padrino, aprenden las reglas del club antes de recibir los tres parches distintivos en su chaleco.
Un volante del club dice: "Aceptamos todas las nacionalidades. No necesitas una motocicleta para entrar, pero esperamos que eventualmente consigas una". A pesar de ser un club diverso, la mayor铆a de los Aztec Rebels son mexicanos, aunque entre ellos hay tambi茅n algunos ecuatorianos y un hondure帽o.
Cada uno de ellos tiene una historia 煤nica y una conexi贸n distinta con M茅xico.
鈥� "Para m铆, el viaje hasta aqu铆 fue m谩s un juego, una aventura a trav茅s del desierto", dijo Andr茅s Lucero, al recordar su traves铆a migratoria.
"Llegu茅 en el '86 y siempre he estado buscando la oportunidad de mejorar mi situaci贸n, incluso cuando era ni帽o. Ten铆a 12 a帽os, y para m铆 era algo normal. No ve铆a el peligro en ese entonces, pero si tuviera que hacerlo de nuevo, tendr铆a mucho miedo, porque he escuchado muchas historias de terror de los migrantes recientes". Sus padres llegaron cinco a帽os antes, desde Piaxtla, un pueblo de 15,000 habitantes en las monta帽as de Puebla. Empezaron una f谩brica de telas en el norte de Manhattan y se establecieron en un apartamento en Southern Boulevard, en el Bronx.
"Vengo de un pueblo 鈥� nunca fui de la ciudad 鈥� as铆 que fue un cambio muy dr谩stico llegar aqu铆 y ver a tanta gente. Especialmente en esa 茅poca 鈥� el Bronx estaba en medio de la pandemia de drogas: crack", record贸 Andres. En los a帽os 80, el South Bronx a煤n llevaba las cicatrices de los incendios que arrasaron barrios enteros durante la d茅cada anterior.
"Hab铆a muchos edificios quemados. Parec铆a una zona de guerra. Hab铆a mucha gente consumiendo drogas en las calles. Sin embargo, me adapt茅 r谩pido. Al final, no me asustaba; simplemente ten铆a que acostumbrarme a todo. Despu茅s de un par de a帽os, era normal ver lo que estaba pasando".
La inmigraci贸n mexicana a los Estados Unidos tiene una larga historia, remont谩ndose, cuando trabajadores agr铆colas indocumentados viajaban para laborar en los campos de California. En la d茅cada de 1940, el programa Bracero formaliz贸 el empleo de muchos de estos trabajadores, necesarios para suplir la demanda de mano de obra masculina durante la Segunda Guerra Mundial.
A lo largo del siglo, la pr谩ctica de j贸venes mexicanos migrando para trabajar en los Estados Unidos se volvi贸 cada vez m谩s com煤n.
En 1980, hab铆a 39,000 personas de origen mexicano en el estado de Nueva York, y 10 a帽os despu茅s, el censo registr贸 un aumento. Muchos mexicanos encontraron un hogar y, junto con ello, crearon comunidades que les brindaron seguridad y pertenencia.
En 2020, Andr茅s entreg贸 la presidencia del club a su hermano Eddie y pas贸 a gestionar una tienda de abarrotes en la Tercera Avenida, que tambi茅n funciona como su estudio de tatuajes. La parte trasera del local est谩 decorada con una Virgen de Guadalupe pintada en graffiti negro. Su hogar sigue siendo el edificio de apartamentos en el que se establecieron sus padres en los a帽os 80.
Eddie, el presidente, es una figura imponente, con una postura casi militar, fruto de su formaci贸n en seguridad privada y su vida dentro del club. Junto con cinco oficiales a su mando, mantiene a los Aztecs en movimiento. A pesar de su seriedad, Eddie tambi茅n es un hombre de familia. Es padre de gemelos adolescentes que, cuando no est谩n jugando al f煤tbol con el F.C. Harlem, pasan tiempo con el club.
鈥� "La gente siempre busca una familia, y por eso, a veces, se meten en pandillas. Nosotros queremos ser ese lugar donde los mexicanos puedan venir, estar en un ambiente seguro, sin violencia, pero con una familia", dijo Eddie.
En casa, como parte de un tipo de entrenamiento, Eddie les cuenta a sus hijos sobre las decisiones dif铆ciles que a veces debe tomar como presidente y les pregunta qu茅 har铆an ellos. As铆, les explica y les transmite el valor m谩s importante del club: el valor de la familia. Tambi茅n es el m谩s amigable del grupo cuando juega con los hijos de otros miembros. Eddie es querido y respetado por todos.
Los motociclistas cargan con muchos estigmas y estereotipos de machismo y misoginia, a veces respaldados por tradiciones arraigadas y pr谩cticas cuestionables. Para ilustrarlo, en la mayor铆a de los clubes de motociclistas, las esposas y novias del grupo usan chalecos que dicen "Propiedad de X M.C". Como presidente, Eddie rompi贸 con esa tradici贸n al escribir "Protegido por Aztec Rebels M.C." en los chalecos de las mujeres.
Dentro de las reuniones de los Aztecs es necesario ver m谩s all谩 de los chalecos y los estereotipos que rodean la cultura de las motocicletas. Aunque puedan parecer rudos por fuera, los hombres que forman esta comunidad son hombres de familia responsables, que tambi茅n pueden ser cari帽osos y gentiles con sus hijos. El club tambi茅n proporciona una familia a aquellos hombres que, en algunos casos, dejaron atr谩s a sus familias y comenzaron una vida completamente por su cuenta en los Estados Unidos.
A sus 19 a帽os, "Diablo" es el miembro m谩s joven de los Aztecs. "Diablo" pidi贸 que no utiliz谩ramos su nombre completo debido a su estatus migratorio. La mayor铆a de los miembros ni siquiera saben su nombre real; lo llaman por el apodo que se gan贸 debido a su amor por la velocidad.
"Entr茅 directo a la escuela secundaria y tuve muchas peleas. La gente trat贸 de intimidarme porque no hablaba ingl茅s, as铆 que me defend铆, y solo entonces los otros paisas me respetaron y empezaron a pasar tiempo conmigo", record贸 "Diablo".
"Diablo" se destaca de los otros Aztecs por su figura delgada y juventud. Pero es uno m谩s cuando se trata de peleas amistosas y la constante charla de chicos.
**"Mi madre me dec铆a que las peleas en la secundaria no eran irrelevantes, pero significaban cuchillos y armas. Todos mis amigos iban a la misma escuela secundaria, pero yo no les dije y fui a una diferente. La mayor铆a de ellos ahora est谩n en pandillas y algunos ya no est谩n", dijo mientras pasaba el rato al lado de un cami贸n de comida que vende birria y tacos en una carretera de Connecticut.
Desde su fundaci贸n, en 2016, los Rebels se han reunido en sus apartamentos, garajes y s贸tanos, desde Yonkers hasta Staten Island鈥� la isla.
A medida que sus n煤meros aumentaron, los oficiales al mando empezaron a buscar lugares potenciales para alquilar, principalmente en el sur del Bronx. Visitaron m谩s de 20 lotes que pod铆an usar, pero siempre fueron rechazados.
Este a帽o, finalmente encontraron un lugar en una calle remota junto al mercado de Hunts Point 鈥� marketa 鈥�, como se le conoce entre la comunidad latina, en el Bronx.
Para celebrar su nuevo hogar, Eddie convoc贸 a una reuni贸n de emergencia en el nuevo lugar sin revelar la sorpresa. Todos los hombres respondieron al llamado. Llegaron pensando que su presidente estaba en peligro. Subieron las escaleras sin quitarse los cascos, listos para cualquier cosa. Y ah铆 estaba Eddie: "Bienvenidos a su nueva casa".
En las siguientes semanas, remodelaron el espacio con sus propias manos. La mayor铆a hab铆a trabajado en construcci贸n, por lo que no fue dif铆cil para ellos. A帽adieron una cl谩sica mesa de billar y futbolito, y un televisor, donde vieron la final de la liga mexicana de f煤tbol entre el Club Am茅rica y Cruz Azul.
鈥� "Hay una manera diferente de hacer las cosas. No tienes que seguir un camino recto. Rompimos el molde siendo motociclistas mexicanos en Nueva York. Puedes ser 铆ntegro y ser un hombre de familia. Y puedes ser m谩s que solo un motociclista. Puedes ser un l铆der en tu comunidad y ayudar a todos siendo parte de algo grande," concluy贸 Eddie.
Mayolo L贸pez es un fotoperiodista radicado en la Ciudad de M茅xico. Puedes ver m谩s de su trabajo en su sitio web, , o en Instagram en .
Edici贸n de fotos por Virginia Lozano. Edici贸n de texto por Estefania Mitre.
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